Fernando Cordoba
sobre editoriales artesanales
sobre editoriales artesanales
Todo surgió como Funes y, como Gonzalo Geller de La Gota, de una necesidad. "Armar una editorial no estaba en nuestros planes. Un día buscando algún concurso de cuentos para mandar algo que había escrito llegué al sitio de La Funesiana (La tercera editorial más chica de Latinoamérica), que proponía enseñar gratis a cualquiera que armara una editorial en su territorio, donde viviera. Me pareció una idea preciosa, porque nunca hubo una en Solano, y además nos daba la posibilidad de dar a conocer a muchos autores de la zona", dice Walter Lezcano, el editor. A los que se le suman en la tarea de diseño, fotocopiado y confección de libros, Patricia y Silvia Giménez. Por otra parte, Mancha de Aceite ya cuenta con 5 títulos (uno de Philip K. Dick!) y dos de pronta aparición. Ante la pregunta si las editoriales artesanales y emergentes configuran un mercado alternativo, Lezcano asegura que no es un mercado propiamente dicho, sino “una necesidad de mostrar otro tipo de voces que van surgiendo y son hijos, sin lugar a dudas, de este momento histórico”. Y agrega: “siempre se van a gestar proyectos que se adecúen para satisfacer las pulsiones literarias. Por otro lado, las condiciones materiales son las óptimas para que surjan estos proyectos. Con una PC, una impresora y una prensa, te armás tu editorial”. Al igual que La Gota Ediciones, Mancha de Aceite tiene parámetros de edición orientados por el capricho personal: escritos que gusten, que les generen amor por el texto. “El día que no suceda eso, bajamos la persiana”.