el libro de Luciano Lamberti
San Francisco, de Luciano Lamberti, es lo más cercano a eso. Quiero decir: una invitación a pasear por un lugar que uno desconoce, o un lugar que uno cree que conoce o que puede reconocer. Poemas que en principio son crónicas míticas, caricaturescas, casi ridículas, de una ciudad-pueblo (el San Francisco de Lamberti) construido sobre un pueblo-ciudad (el San Francisco del mapa-institución). En este lugar seudo abandonado, en este simulacro de espacio fantasma, aparecen heladeros perversos, el taradito del pueblo, un alemán que expone serpientes, enfermeras con caramelos media hora durante la navidad de 1983, un bañero malaonda, tres profesores de karate (todos muertos); y mucha agua. Pero jamás nos encontraremos con eso. Sólo podremos leerlo, seguir, entre ciegos e iluminados, el ritmo algo alegre y algo sarcástico de una larga canción: “Los turistas mirarán el agua, / móvil, harán asado, sus hijos tirarán piedras al agua, / una vez, me senté en una piedra a descansar y perdí contacto / no figuraba en los lugares donde había figurado”.
Por Pablo Natale
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