IDEADA Y GESTIONADA POR LUCAS OLIVEIRA, LA EDITORIAL FUNESIANA LE HACE HONOR AL MOTE “INDEPENDIENTE” CON SUS LIBROS ENCUADERNADOS DE MANERA ARTESANAL
A principios de 2006, Lucas Funes Olivera andaba por el mundillo poético/literario –condensado en lecturas, fiestas y hasta partidos de fútbol– con algunos libritos bajo el brazo. Se llamaban Papel, las tapas estaban forradas con páginas de la revista ñ (sí, ese suplemento supuestamente popular del gran diario argentino), contenían una serie de cuentos propios y eran la muestra de su condición de editor self-made: el autor había encuadernado a mano y numerado cada uno de esos libros y dado origen, así, a la editorial Funesiana.
A partir de ahí siguió armando producciones propias y ajenas –de amigos, claro– como Los Pacoquis, de Federico Levín, Escolástica Peronista Ilustrada, de Carlos Godoy y Grunge, de Alfredo Jaramillo, todos libros felizmente agotados y ahora vueltos a editar. Y también lanzó colecciones cibersubversivas como la llamada Choreos Virtuales, que se encargó de llevar al papel la revista exclusivamente virtual La Contrarreforma, algo que se hace a pedido y por mail. La serie Plaquetas de Poesía se abultó con títulos como San Francisco / Córdoba, de Luciano Lamberti, y Poesía para Gerentes, del mismo gestor de la editorial, quien vende sus producciones a través de Mercado Libre o en eventos literarios. “Nunca ha sido mi intención vender los libros en las librerías, por eso el público al cual está dirigido el sello goza de un nivel de creatividad y entusiasmo acorde con los libros que publicamos”, dice el hombre de apodo borgeano.
Los textos, además, se pueden encontrar en el blog editorialfunesiana.blogspot.com, sitio por el cual nos enteramos que lo que se viene, además de la nueva sede de la editorial en un departamento custodiado por un gato llamado Witold, es la antología de narrativa Autogol, integrada por 11 autores: Peyseré, Oyola, Levín, Moret, Sarachu, Loyds, Souto, Molina, Budassi, Vigna, Quintá.
Entre los avisos parroquiales también figura la apertura de los talleres de encuadernación a partir de este mes: “La idea sería formar un equipo de encuadernadores estable para la editorial que pueda percibir un ingreso monetario por su trabajo. A la vista pero con tranquilidad, se está viendo la posibilidad de un subsidio para conseguir una guillotina de unos 2000 pesos que sería necesaria para el perfecto terminado de los libros. Por ahora contamos con la inestimable ayuda de los chicos de Eloísa Cartonera quienes nunca dudaron un segundo en prestarnos su propia guillotina”, cuenta Funes.
La editorial Funesiana, además, está en expansión. Especialmente en su faceta docente: “A los chicos del Centro Cultural Estación Esperanza, en Rafaela, Santa Fe, les enseñé a encuadernar y pronto, menos de un mes, inaugurarán su nueva editorial de libros encuadernados a mano. Mi intención es crear este tipo de proyectos editoriales en distintas ciudades del país, no solo en Buenos Aires, y transmitir el oficio de encuadernador que tiene un mercado laboral bastante interesante y fértil para los tiempos que corren”, concluye el editor/narrador/poeta/ incansable.
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nota publicada en
nov 2008
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