La anécdota, a veces con forma de chiste, es conocida y cada uno tiene su versión. Un argentino se va a Europa, por lo general, a España. En Cataluña, o en Sevilla, o en Andalucía, conoce a una española. La relación se desarrolla con pasión y comprensión de ambas partes hasta que ella, a partir de algún comentario de él, pregunta “Pero, bueno, a ver, ¿qué es el peronismo?”. La forma de la pregunta es especialmente importante. ¿Qué es el peronismo? No cómo funciona, si todavía está vigente, cuál es su doctrina, sus principios, qué transformaciones sufrió desde su creación, o eventualmente quién fue Perón y quienes son sus seguidores, o sus detractores, o sus falsos seguidores sino ¿qué es? El argentino no tiene respuesta, por supuesto, y la relación –que puede suponer exiliado político al protagonista de la anécdota– se malogra. La pregunta por el elemento esencial, constitutivo del peronismo, aquello que lo define, que le da entidad, subsiste vencedora como la esfinge que no logra ser descifrada. En el 2007, Carlos Godoy publicó en papel la Escolástica Peronista Ilustrada. Antes el poema ya circulaba y era leído en la web. Tomaremos la fecha de publicación entonces como “circa 2007”. Como fuere, se anticipa decididamente un año al conflicto que el Gobierno Nacional mantuvo con el sector agropecuario en el 2008 y entendemos que su escritura y publicación original es contemporánea a la campaña y la elección de Cristina Kirchner como primera presidenta electa de los argentinos. Si aceptamos que la pregunta por el peronismo subsiste, Carlos Godoy la toma e intenta responderla. Y si “intenta responderla”, en ese intento ya está la transgresión y eventualmente la respuesta. De ahí la importancia de su poema.
2.
Frente a la Escolástica peronista ilustrada decido no sobreintepretar el título. Si no regreso a la poesía de los 90, festiva, risueña, imposibilitada de encarar el peronismo, nada me indica que debería hacerlo. Tomo entonces el título sin ironía. Mi primera relación es la escolástica medieval. La definición de enciclopedia dice que se trató de un intento de coordinación entre Razón y Fe, donde la primera estaba visiblemente subordinada a la segunda. La escolástica medieval fue ecléctica y heterogénea, tomó fuentes grecolatinas, pero también árabes y judías, e intentó una continuación de la tradición intelectual antigua y atemperar, ya que no era posible conjurar del todo, sus contradicciones. Ninguna de estas tensiones resulta ajena al peronismo y al poema. Las contradicciones van a estar en el centro del poema, entonces, desde el principio. Wikipedia señala que “por otra parte, se ha señalado en la escolástica una excesiva dependencia del argumento de autoridad y el abandono de las ciencias y el empirismo”. Esto tampoco está lejos del poema y mucho menos del peronismo. Que esta escolástica sea, finalmente, “ilustrada” desde su título puede tener dos lecturas. Por un lado, la forma simple, popular. La “ilustración” como esa imagen, ese dibujo que está en lugar del texto o lo acompaña para hacerlo comprensible. La ilustración como pedagogía, una forma de llegar al que no puede leer o no sabe leer, al que está marginado del sistema de signos. Por otro lado, “ilustrada” puede ser leída como “enciclopédica”, o sea, relacionada al mundo semántico de la ilustración, la luz y el conocimiento. ¿Son interpretaciones opuestas? No necesariamente. Sin ser excepción a su género, la enciclopedia de Diderot abundaba en ilustraciones. El poema propone así, desde su forma de catálogo, que no se debe optar por un sentido y descartar el otro. De hecho, el desarrollo del poema, que enfrenta y expone con inusual claridad las contradicciones del peronismo, habilita una lectura de ambos conceptos de forma simultánea. Lejos de la traba, entonces, hay una convivencia en la práctica. Y esa convivencia en la práctica será la respuesta de Godoy para muchos de los interrogantes que plantea su objeto de enunciación lírica.
3.
La Escolástica Peronista Ilustrada se presenta dividida en tres partes. Al menos dos de ellas parecen escritas bajo un imperativo creativo claro. Si el viejo ritornello de unidad básica dice que, en la Argentina, “todos somos peronistas, y después hay matices”, una posible lectura sería que Godoy cambia “todos” por “todo”. Mientras tanto, el poema comienza así:
El único
peronismo
es
el de su extinción.
Apoyada en estos cuatro versos iniciales, cuyo ritmo no debe ser pasado por alto, la contradicción, se anticipó, está en el centro del poema y va a estar ahí desde el principio. Frente a la pluralidad de interpretaciones sobre el peronismo, frente a la pregunta “¿qué es el peronismo?”, o a su variante “¿cuál es el peronismo?”, Godoy responde que hay un único peronismo y que está en su final, en su crepúsculo. Lo hace usando una palabra de la biología de las especies, la extinción. Pero si esta salida ya implica una partida a contrapié, lo que sigue suma un pliegue más.
Ya no son peronistas
los poemas
con huesos
Por todas partes
Los ciclistas
son:
los ciclistas
en bicicletas de paseo.
Aceptando que en el hueso está el fósil, la segunda estrofa del poema tensiona a la primera. Godoy dice que si bien en la extinción está la unicidad, eso no significa que el poema, si pretende ser peronista, y lo pretende desde su título, deba desenterrar y pulir los huesos del pasado. Al hueso, desprovisto de carne y de vida, resto de una existencia pasada –dinosaurio, sí, pero también resto típico y estático de un asado– se le opone el movimiento y la salud del ciclista. Pero no el ciclista deportivo, el profesional, sino –se remarca– el ciclista ocasional, el que hace de su vehículo, la bicicleta de paseo, un lugar de ocio. Esta dicotomía también va a recorrer todo el poema. Lo profesional se opone a lo amateur, lo premeditado a lo ocasional, la vida doméstica a la vida pública, profesional y política.
El primer enunciado absoluto compuesto por el sujeto más verbo copulativo y objeto, la formula “X es peronista”, se va a repetir a lo largo de todo el poema: “La historia/ es peronista.” Nótese que no se trata de “historia argentina”, sino del concepto mismo de “historia”. Y enseguida, tejiendo sobre sí mismo, llega el comentario del poema a sí mismo.
Una bicicleta
De paseo
Es
El giroscopio
Peronista sin caretas.
¿Qué significa la caída de las caretas? ¿Qué es un giroscopio? Luego, una segunda vez se niega la posibilidad de que haya diversidad. La “vanguardia” no existe. Y se adjuntan dos enunciados categóricos más, que funcionan enlazados.
No existe
La vanguardia
Peronista:
Es un invento.
La matemática
es un invento,
El peronismo
es un invento.
Primero, un lugar común clásico de la reflexión coloquial sobre el peronismo. “Peronismo era el de perón, lo demás son inventos” dice el militante, categórico. Godoy asume esa posición pero enseguida la relativiza. Como la matemática y la vanguardia peronista, el peronismo mismo es un invento. El primer enunciado es una verdad objetiva y científica. Los números son inventados, un artefacto, una escala. Pitágoras inventó parte de la geometría que es reconocida como parte de las matemáticas. El segundo enunciado, sin embargo, tuerce la balanza hacia el lado de la razón, señalando que hay premeditación en el peronismo, y lo emparienta así con el campo semántico de los números y la ciencia madre, abstracta, exacta, fría, racional. Más allá, avanzar en el poema es volver sobre la estructura sujeto más verbo copulativo más un objeto que parecería siempre ser peronista. ¿Todo es peronismo? ¿Peronismo es todo? No son preguntas válidas. O mejor dicho se responden con facilidad. Estamos muy lejos de eso. La hipótesis de que “todo puede ser y es peronista” no funciona y mucho menos es regidora del impulso creativo de la Escolástica Peronista de Godoy. La elección de sus objetos, personas y situaciones es acertada y nos llega elaborada, trabajada por el poeta. Así, el primer acercamiento que rotularía al poema como homogéneo se deshace en la lectura atenta a los matices.
4.
¿Qué más encontramos? La lista es larga. Una mezcla de traición y educación sentimental, el adulterio, el amor materno en abstracto (“a la madre”) o particular, (“a tu mamá”), el amor filial, o mejor entendido, el amor libidinal a la hermana del lector de parte de la voz del poema.
“Pajearse antes de dormir
La siesta
O en el baño de la escuela
Durante una hora libre
Pensando en la
novia de un amigo
es peronista.
Espiar a tu mamá
Mientras se cambia
Es peronista.
Gorrear a la bruja
Es peronista.
(…)
El amor a la madre
Es peronista.
El amor a tu mamá
Y a tu hermana
también
es peronista.”
Las diferentes estrofas del poema se van acumulando y modificando, adjetivando, entre ellas. En el entramado está , se puede intuir, sospechar esa definición que no llega, mientras la lectura va desde el costumbrismo a la cultura de masas, desde las panaderías, el barrio y las veredas a la moral pulsional de un personaje como Homero Simpson. La idea de énfasis que maneja Godoy al escribir tiene muchas variantes. El dialecto, la madurez, la culpa, el himno, los héroes, encuentra en el poema sus correspondientes peronistas. Desde imaginarse desnuda a la gente en misa hasta las drogas, son muchos los reflejos de la picaresca que recorren la Escolástica Peronista Ilustrada. Hay situaciones más complejas o descriptas con mejor detalle.
Culear en
Casa de la nena
Mientras los papis
Vacacionan en la costa
es peronista.
Bajar pornografía
Y guardarla
En carpetas
Tipo
“estadísticas 2003”
es peronista.
Así el poema se presenta envuelto en un ambiente de picaresca, que se regodea en señalar las contradicciones de un movimiento político que gobernó y gobierna escondiendo, o al menos solapando, esas contradicciones. De hecho, las partes más intensas resultan del enunciado de ideas opuestas aunque no necesariamente contradictorias si se las piensa detenidamente y sin los vicios del proselitismo. Las más conspicuas aparecen asociadas a la violencia política.
“Los ex represores
son
peronistas”
“Hacer paro,
Ir a manifestaciones
Es peronista”
“La policía
reprimiendo
es un paisaje
peronista.”
“Romper los cordones
De la vereda
Para obtener
Proyectiles a medida
Es peronista.”
“Odiar a la cana
Es peronista”
En estas cinco estrofas la normativa de la ley y la represión se mezclan con las prácticas de la resistencia a esa misma ley y represión. Por eso el travesti, surge como un invento peronista junto a la vanguardia, a la matemática y el peronismo mismo.
“Los travestis
Son el invento
Peronista.”
En su simplicidad la estrofa tiene una sutileza. Señala que los travestis “son el invento peronista”, no “un invento peronista”. La diferencia es grande y el travesti nos llega como el ser contradictorio por excelencia. Un hombre que cambia y sin dejar de ser un hombre es también una mujer. Menos ocurrente es la afirmación categórica “Todos/ Los partidos políticos/ Son peronistas”. Ni siquiera como se señala al principio del poema: “Los radicales/ también/ son peronistas”. Cualquier lector de diarios más o menos astuto sabe que los partidos mantienen prácticas –el clientelismo, la arenga, el orgullo, la corrupción a diferentes escalas, la capacidad de movilizar gente–, que el peronismo instauró alrededor y en el interior de la forma moderna de hacer política en democracia. Lo trasgresor en este caso hubiera sido decir que el Partido Justicialista, todavía y pese a todo, sigue siendo peronista.
El método de la simplificación y la recursividad tienen así un borde, un límite. El peronismo se sobreimprime sobre lo argentino, sus virtudes y sus desviaciones, pero los contornos no coinciden, no son idénticos. El mismo poema lo marca cuando da contraejemplos y cita aquello que no es peronista. Entre lo que el poema entiende como “no peronista” se cuenta “Lo ario primer mundista”, “los artistas que marcan tendencia”, “la innovación”. Esta relación también es dialéctica. Mientras “El asado/ es una expropiación/peronista/ de los gauchos”, los gauchos mismos, suponemos en tanto que sujetos lejanos a la modernidad y la industrialización, no son peronistas. Finalmente, en una tercera categoría está “lo gorila”, concepto con el que va a cerrar el poema. Como es de esperarse, “lo gorila” aparece poco y en el texto cuando la voz poética se crispa.
Como ya se anticipó, en varias ocasiones el poema se comenta a sí mismo, y en otras se anticipa a la lectura. “Decir comentarios/ Reaccionarios/en la mesa/ es la poesía peronista” escribe Godoy. Recordemos que desde su inicial negación de los huesos, el poema aspira a ser dialéctico, a dialogar con el peronismo y con sus formas en el presente, pero también a encarnarlo. Poesía coloquial, versos nacionales y populares, entonces, esta Escolástica puede ser entendida como la ampliación del inapropiado “comentario reaccionario dicho en la mesa”, que dentro de su lógica es leído como poesía. Sobre esa misma mesa, en la segunda parte del libro se cocinará el guiso de la socialización peronista.
[ el libro va por su segunda edición
se consigue enviando un mail a
editorialfunesiana@gmail.com
o comprándolo en alguna lectura ]
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