Trabajo en la idea de la Editorial Funesiana, o por lo menos en el embrión, desde mediados de 2005. Mi primer libro de cuentos me llevó a pensar distintas formas de edición (Papel, primera edición artesanal de 100 ejemplares agotada; segunda integramente en internet).
Principalmente, la Editorial Funesiana promueve literatura joven. Todos y cada uno de ellos tiene que cumplir un solo requisito: nos tiene que gustar. Con Juan Terranova tenemos criterios parecidos y otros bastante diferentes pero nuestras reuniones y charlas sobre posibles autores son muy entretenidas y agitadas. De todas formas creo que armamos un gran equipo. Lee muchísimo y siempre estamos cotejando lecturas, polemizando sobre tal o cual libro y abriendo autores a la mitad como cirujanos de paseo por la morgue.
Lo que a mí me atrae muchísimo es cierto desparpajo bien escrito. Parece un oxímoron pero me da un poco de lata que un escritor ponga “masturbación” o “copular” cuando habla de “pajas” y “coger”. Entonces, a mí me convencés con bastante incorrección política. No es una novedad, por favor, no pido demasiado.
La Editorial Funesiana, por otro lado, no es una editorial. Viene a representar un dúo de amigos que quieren ver bien editados libros que podrían ser Libros. A ver; una editorial tiene empleados, oficina, teléfono, una tirada considerable, reseñas en los medios, presentaciones y, lo principal; vende sus libros en librerías. La Editorial Funesiana, como dijo alguna vez Trillo Grubba, es la editorial más chica de latinoamérica. Y es cierto. Es tan chica que hacemos solo 40 ejemplares por título. Hacemos circular esos textos y los leemos en público en las mil lecturas que hay dando vueltas en Buenos Aires.
Queremos provocar una nueva forma de pensar la venta de libros a los libreros que se quedan con un porcentaje altísimo del precio de tapa de cada ejemplar. Provocar una nueva forma de circulación de textos y autores. Los “aspectos negativos de ser independiente” me parecen parte de una lógica sádica y perversa.
Mi sueño es lograr que muchos grupos de escritores se junten y se publiquen así mismos como hice en algún momento con Papel. Mi sueño es que quieran aprender a encuadernar para hacer sus libros y venderlos a través de Mercado Libre, De Remate o un simple y contundente blog. Lo que pasa es que no va más allá de un ideal y lo sé; a muchas editoriales que concentran un gran porcentaje del mercado editorial no les gustaría que se les arruine el negocio. Un negocio que funciona solo para diez tipos. Un negocio millonario. Si no hubiera autores que le tengan tanto miedo a las grandes editoriales, podría haber un boom de pequeñas funesianas que prendan mecha el mercado editorial y se pudra todo. Que publicar no es un problema, ya lo sabemos hace unos años pero que el prestigio de un autor dependa de 5 o 10 personas cuando hay más de 10 millones de lectores en este país me parece una aberración, una estupidez y un insulto a mi inteligencia marca cañón.
¿Dónde se consiguen los libros? En el blog de la Editorial. Mandás un mail y te explicamos como te lo mandamos a tu casa. Por ahora, mientras vivas en la República Argentina, podés recibir nuestros libritos. No son baratos. No son un flato. Son pequeñas trompadas en la boca y estamos orgullosos de que haya compradores orgullosos.
Principalmente, la Editorial Funesiana promueve literatura joven. Todos y cada uno de ellos tiene que cumplir un solo requisito: nos tiene que gustar. Con Juan Terranova tenemos criterios parecidos y otros bastante diferentes pero nuestras reuniones y charlas sobre posibles autores son muy entretenidas y agitadas. De todas formas creo que armamos un gran equipo. Lee muchísimo y siempre estamos cotejando lecturas, polemizando sobre tal o cual libro y abriendo autores a la mitad como cirujanos de paseo por la morgue.
Lo que a mí me atrae muchísimo es cierto desparpajo bien escrito. Parece un oxímoron pero me da un poco de lata que un escritor ponga “masturbación” o “copular” cuando habla de “pajas” y “coger”. Entonces, a mí me convencés con bastante incorrección política. No es una novedad, por favor, no pido demasiado.
La Editorial Funesiana, por otro lado, no es una editorial. Viene a representar un dúo de amigos que quieren ver bien editados libros que podrían ser Libros. A ver; una editorial tiene empleados, oficina, teléfono, una tirada considerable, reseñas en los medios, presentaciones y, lo principal; vende sus libros en librerías. La Editorial Funesiana, como dijo alguna vez Trillo Grubba, es la editorial más chica de latinoamérica. Y es cierto. Es tan chica que hacemos solo 40 ejemplares por título. Hacemos circular esos textos y los leemos en público en las mil lecturas que hay dando vueltas en Buenos Aires.
Queremos provocar una nueva forma de pensar la venta de libros a los libreros que se quedan con un porcentaje altísimo del precio de tapa de cada ejemplar. Provocar una nueva forma de circulación de textos y autores. Los “aspectos negativos de ser independiente” me parecen parte de una lógica sádica y perversa.
Mi sueño es lograr que muchos grupos de escritores se junten y se publiquen así mismos como hice en algún momento con Papel. Mi sueño es que quieran aprender a encuadernar para hacer sus libros y venderlos a través de Mercado Libre, De Remate o un simple y contundente blog. Lo que pasa es que no va más allá de un ideal y lo sé; a muchas editoriales que concentran un gran porcentaje del mercado editorial no les gustaría que se les arruine el negocio. Un negocio que funciona solo para diez tipos. Un negocio millonario. Si no hubiera autores que le tengan tanto miedo a las grandes editoriales, podría haber un boom de pequeñas funesianas que prendan mecha el mercado editorial y se pudra todo. Que publicar no es un problema, ya lo sabemos hace unos años pero que el prestigio de un autor dependa de 5 o 10 personas cuando hay más de 10 millones de lectores en este país me parece una aberración, una estupidez y un insulto a mi inteligencia marca cañón.
¿Dónde se consiguen los libros? En el blog de la Editorial. Mandás un mail y te explicamos como te lo mandamos a tu casa. Por ahora, mientras vivas en la República Argentina, podés recibir nuestros libritos. No son baratos. No son un flato. Son pequeñas trompadas en la boca y estamos orgullosos de que haya compradores orgullosos.
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